Docentes jubilados de la comuna tuvieron merecido reconocimiento por parte del municipio

  • Queridos maestros se reencontraron con sus pares en una jornada llena de nostalgia y emoción.

Era una deuda que desde hace tiempo esperaba ser saldada y hoy fue el día.

Con un auditorio lleno en la Casa de la Cultura de Laja, profesores que durante décadas educaron a un sinnúmero de generaciones de estudiantes de la comuna, se reencontraron con sus pares y recibieron el reconocimiento que solo ellos merecen por su otrora abnegada, diaria y silenciosa labor.

Hoy, ya retirados de las aulas, manifestaron su alegría por, desde ahora, sentirse nuevamente parte importante de la educación pública en la ciudad.

Nelson González, a nombre de la agrupación de profesores jubilados, agradeció el homenaje.

“Fue una muy feliz iniciativa. Nos sentíamos desvinculados; un tanto olvidados. Así que estoy feliz con la deferencia del alcalde, que la sentimos de corazón. Nos sentimos  nuevamente incorporados, reconocidos por nuestro aporte a la educación de la comuna. Encontrarse con viejos amigos y colegas es una bendición. Ojalá esta iniciativa se mantenga en el tiempo”, indicó el ex docente.

Vladimir Fica, alcalde de Laja, visiblemente emocionado, valoró la iniciativa y la calificó como “una deuda saldada”. “Uno se emociona, claro que sí, más cuando se viene de una familia como la mía: mi padre fue alcalde y mi madre, sin mayor educación, crió 9 hijos y cada uno de ellos profesionales. Me emociona su labor y lo que pudimos lograr al saldar esta deuda pendiente. Ellos tienen necesidades. Muchos de ellos viven con pequeñas pensiones, así que vamos a estar con ellos”, puntualizó el edil.

El trabajo de los docentes jubilados de la comuna fue personalizado en María Navarro, que a sus 85 años de vida, mantiene intacto el cariño que entregó en diferentes salas de clases, durante sus 42 años de incansable trabajo educativo.

 

“Me encanta el reconocimiento. Muchos años estuvimos olvidados. Yo hice clases durante 42 años y tengo los mejores recuerdos de mis alumnos y mis días de docencia. Tengo 85 años y mi viejo se fue ahora en mayo, así que esto me alegra un poco la pena enorme que siento”, indicó la profesora.

En la oportunidad, cada uno de los docentes partícipes de la emotiva jornada recibió un presente, en una instancia que desde hoy espera convertirse en toda una tradición.