Con la Escuela Amanda Labarca como pionera, DAEM Laja continúa fomentando el cuidado y protección del medio ambiente.
Una colilla de cigarro tarda hasta 10 años en descomponerse y al no ser biodegradable, puede tener un efecto contaminante entre los 7 y 25 años. A nivel mundial, acorde al informe de la fundación Libera de los 6 billones de cigarrillos que se consumen anualmente en el mundo, el 75%, o sea 4.5 billones, terminan botados en espacios públicos.
Chile no escapa a tal realidad y Laja, lamentablemente, tampoco. Es por ello, que el Departamento Administrativo de Educación Municipal de Laja (DAEM) tiene un compromiso con la promoción del cuidado y protección del entorno de la comuna.
Desde esa perspectiva, han surgido diferentes iniciativas, donde sobresale el rol que cumple la Escuela Amanda Labarca, donde los talleres laborales a cargo la profesora Natalia Cifuentes, recuperaron colillas que estaban depositadas en espacios públicos, como también establecieron un mecanismo de segregación en diferentes locales, recuperando gran cantidad de este residuo.
El destino final fue la empresa “El Avellano”, San Pedro de la Paz, la cual recepcionó el material recolectado y elaboró un aditivo de pinturas, como también un fungicida y fertilizantes para plantas, generando un uso para aquello que en su momento fue basura y una amenaza para el medio ambiente.
Finalmente la cantidad de colillas recuperadas fue 1.380 gm, lo cual tiene un impacto positivo equivalente a 35.328 litros de agua que no fueron contaminadas, a 211.968 hrs. menos de exposición toxica a la vida marina y 44.152 años de degradación de colillas
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