Este año marca un hito importante en la trayectoria de la Orquesta Clásica Juvenil, ¡15 años de vibrante vida artística! En este camino, los jóvenes músicos se han enfrentado a nuevos desafíos cada día, tanto en su desarrollo musical como en su crecimiento personal como adolescentes.
Recientemente, con la coordinación del DAEM Lajino, la orquesta aceptó una conmovedora invitación de la ONG «Entre Rejas» para presentarse en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Concepción, específicamente en la sección femenina. ¿El motivo? Celebrar el Día de la Madre con un gesto de arte y solidaridad.
Esta iniciativa, liderada por la ONG y por su director, Benjamín Sepúlveda Méndez, ha sido una luz de esperanza para las mujeres privadas de libertad. Desde el 2022, esta organización se dedica de manera voluntaria a llevar actividades y talleres artísticos, culturales y educacionales a distintos recintos penitenciarios de la región del Biobío.
En este contexto de colaboración y apertura, la Orquesta ha sido parte de un importante convenio entre la ONG «Entre Rejas» y la Defensoría Penal Pública. Este acuerdo tiene como objetivo acercar eventos culturales y artísticos a espacios que, lamentablemente, suelen carecer de acceso a ellos. El concierto en el Centro de Cumplimiento Penitenciario es un claro ejemplo de cómo la música puede romper barreras y llevar consuelo y alegría donde más se necesita. Además, el DAEM Lajino desea expresar su gratitud a la empresa TRANSAP por su colaboración en la realización de esta actividad. Como siempre, esta empresa lajina demuestra su compromiso con la educación comunal y sus necesidades.
Para nuestros jóvenes músicos, fue más que una actuación; fue un momento de conexión humana y emocional. Sus melodías llenaron el espacio, pero también llenaron los corazones de las mujeres presentes. Seguramente, a través de sus sonidos, las madres recluidas pudieron sentir cerca el recuerdo de sus hijos, recordar momentos compartidos y encontrar un respiro en medio de las dificultades que enfrentan día a día.
En este gesto de solidaridad y arte, la Orquesta Clásica Juvenil demostró una vez más el poder transformador de la música y la importancia de llevarla a todos los rincones, incluso a aquellos donde la esperanza parece más distante. ¡Que sigan resonando sus notas de esperanza y alegría por muchos años más!